Luego de que el gobierno estadounidense confirmara que derribó el «globo chino», el gobierno de Xi jinping reclamó: «fue una grave violación de las prácticas internacionales».
A pedido de Joseph Biden, presidente de Estados Unidos, este sábado el ejército norteamericano derribó una nave no tripulada que ingresó al espacio aéreo con fines «de vigilancia», la misma pertenecía a China.
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La Cancillería china se pronunció 24 horas después y repudió el accionar del presidente Biden el cual calificó como «desproporcionado»: «China expresa su fuerte descontento y protesta contra el uso de la fuerza por parte de Estados Unidos para atacar una aeronave civil no tripulada», expresó el país liderado por Xi Jinping en un comunicado, y añadió que se reservará «el derecho de dar más respuestas».
Según el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd J. Austin, el globo estaba «siendo utilizado por la República Popular China en un intento de vigilar sitios estratégicos en los Estados Unidos continentales», pero el país asiático se había adelantado a las acusaciones alegando que el globo ingresó al espacio aéreo de Estados Unidos por «fuerzas mayores». No obstante, el gobierno de Biden desoyó las respuestas y derribó el globo con un misil disparado desde un avión F-22.
«La acción deliberada y legal de hoy demuestra que el presidente Biden y su equipo de seguridad nacional siempre darán prioridad a la seguridad del pueblo estadounidense y responderán eficazmente a la inaceptable violación de nuestra soberanía por parte de la República Popular China», declaró Lloyd Austin.
Desde Beijing reclamaron que el gobierno estadounidense incurrió a una «grave violación de las prácticas internacionales», así como también calificaron su accionar como «desproporcionado». Anteriormente habían explicado que la nave era utilizada «con fines de investigación, principalmente meteorológicos» y debido a los fuertes vientos del jueves «se desvió de su trayectoria», desconociendo y desmintiendo las teorías del jefe de estado norteamericano.
LA DETECCIÓN Y DESTRUCCIÓN DEL GLOBO CHINO
El primer avistamiento de la nave no tripulada fue el 28 de enero «cuando ingresó al espacio aéreo estadounidense cerca de las Islas Aleutianas. El globo atravesó Alaska, Canadá y volvió a entrar en el espacio aéreo de EE. UU. sobre Idaho», describieron en la página gubernamental estadounidense.
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La decisión de derribar el globo se tomó en coordinación y apoyo de Justin Trudeau, primer ministro canadiense, por ello desde Defensa agradecieron a «Canadá por su contribución al seguimiento y análisis del globo a través del (Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte) mientras transitaba por América del Norte».
Tras coordinar el derribo con Canadá, el representante gubernamental Biden «pidió a los militares que presentaran opciones y el miércoles el presidente dio su autorización para derribar el globo de vigilancia chino tan pronto como la misión pudiera cumplirse sin un riesgo indebido para nosotros, los civiles bajo el camino del globo», detalló un funcionario de Defensa, y agregó: «Los comandantes militares determinaron que había un riesgo indebido de que los escombros causaran daños a los civiles mientras el globo estaba en tierra».
Ante este posible riesgo, aguardaron a que el globo estuviera sobre las aguas, frente a la costa de Carolina del Sur, para abatirlo con un misil AIM-9X Sidewinder disparado desde un caza F-22 Raptor. El globo cayó aproximadamente a seis millas de la costa a unos 47 pies de agua y ningún civil fue herido.
Desde el Pentágono aguardan por la recuperación de los restos del globo para poder estudiarlo y confirmar sus teorías. Si bien aún no hay una estimación de cuánto tiempo llevará la misión, un oficial militar consideró que, teniendo en cuenta que el globo cayó en un área poco profunda, debería poder recuperarse «bastante fácil».
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