La noche de anoche en la gala de Gran Hermano fue una de las más tensas desde que comenzó el reality. Por una sucesión de hechos, el juego debía definirse entre dos de los participantes más politizados de la casa: la ex diputada del Frente de Todos, Romina Uhrig, y el simpatizante macrista, Walter «Alfa» Santiago. Por voto del público, uno de los dos debía abandonar la casa. Luego de dos horas de expectativa, todo terminó en forma confusa, con bardeada al Peronismo incluida.
Lo que pasó fue que el Sindicato de Trabajadores de Televisión (Satsaid), realizó una protesta gremial en la puerta de los estudios donde Telefe edificó la casa de Gran Hermano. Y en el mismo momento en que Santiago del Moro -el conductor del programa- estaba por decir el resultado de la votación, comenzaron a detonar petardos y fuegos artificiales. Los participantes escucharon los ruidos desde adentro de la casa pero, como están aislados sin saber qué pasa en el exterior, no sabían de qué se trataba.
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Cada integrante de la casa de Gran Hermano le dio un significado distinto a la pirotecnia. Como finalmente el eliminado fue Alfa, algunos pensaron que eran sus fanáticos, que lo estaban esperando para recibirlo en la puerta. Pero el propio Alfa no creyó esa versión. Visiblemente enojado por tener que abandonar el juego, comenzó a despotricar: «Son los perucas, los peronchos, el abrazo peronista».
La movilización sindical, además, no permitió que «Alfa» hiciera el trayecto de la casa al estudio desde donde se transmite el programa, adonde todos los eliminados llegan en taxi para reencontrarse con amigos y familiares y también para darle un cierre al ciclo. «Hay una manifestación afuera de la casa, por eso Alfa no puede llegar al estudio -explicó Del Moro en el último minuto del programa-, así que veremos mañana si lo podemos recibir. Son causas de fuerza mayor.»
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