Fue agitada la agenda del primer dia del ministro Sergio Massa en el G20: Estados Unidos, China e India fueron los ejes de reuniones bilaterales adonde se obtuvo financiamiento para la Argentina por más de 400 millones de dólares, se iniciaron conversaciones para promover acuerdos para la industria del conocimiento y se avanzó en las negociaciones para obtener financiamiento chino a proyectos dde infraestructura del país.
Durante su exposición en la cumbre, Massa presentó asimismo un informe sobre las «Consecuencias económicas que generó la guerra a Ucrania» en nuestro país al considerar “un tema central» en países de ingresos medios:“es clave que los mismos países que en este ámbito reclaman que pongamos en agenda la gravedad del daño de la guerra en materia económica, del mandato a sus directores en los organismos multilaterales para que los países que fuimos víctimas económicas de los daños de la guerra seamos escuchados cuando vamos a estos foros».
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Según Economía, las pérdidas directas generadas por el conflicto alcanzan a U$S 4.940 millones en la balanza comercial.
La principal causa es atribuida al shock general de precios a nivel internacional en el sector agropecuario y combustibles. Así, vimos aumentos considerables en la soja (9,4%), trigo (33,7%), maíz (17,8%), gas de Bolivia (114%), GNL (233%) y gasoil (85%).
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«Se observó un aumento del valor de las importaciones de combustibles en U$S 3.757 millones en relación con los U$S 1.999 millones proyectado a precios preguerra». A su vez, en el rubro agropecuario se gastaron U$S 617 millones adicionales a lo estimado.
También resaltó que los fletes para exportación aumentaron postguerra unos 1.800 millones de dólares en comparación con lo previsto por el Ministerio de Economía.
En su exposición en el G20, Massa destacó la necesidad de fortalecer los financiamientos alternativos a los Bancos Multilaterales de Desarrollo y llamó a revisar la política de sobrecargos del FMI. Además, solicitó a los organismos multilaterales que tengan en consideración los daños económicos que se generaron por el contexto global; no sólo de la guerra, sino también de la pandemia.
También remarcó que “la pandemia, la guerra, y la sequía por el cambio climático condicionan la seguridad alimentaria global y desarrollo económico. No sólo ponen en peligro la recuperación a corto plazo, sino que socavan la capacidad de los países para cumplir los objetivos de desarrollo a largo plazo”, detalló.
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Agregó: “tenemos en esta mesa países ricos en recursos económico-financieros y, por otro, países ricos en recursos ecosistémicos. Nuestro país es deudor financiero pero es acreedor ambiental. El patrimonio natural y la biodiversidad de nuestros países sirve a la humanidad, lo que nos convierte en acreedores no reconocidos frente a los acreedores financieros”.
Con respecto a la deuda con el FMI, el ministro cuestionó que no se haya alcanzado un acuerdo en el Directorio por los sobrecargos: “Es regresiva, porque recae sobre los países con mayores necesidades de financiamiento; pro-cíclica, porque dificulta aún más la recuperación económica y la capacidad de repago; y opaca, porque rara vez los países saben que deberán pagar sobrecargos”.
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