El Museo de Orsay es protagonista de un escandaloso hecho. Conocido por ser un establecimiento de vanguardia (exhibe una obra que en su momento fue prohibida), el recinto cultural parisino fue a contramano de su historia, cuando el martes pasado, vetó el ingreso de Jeanne, una estudiante universitaria, por su escote.
La joven hizo público el acontecimiento con una carta que divulgó en Twitter, donde contó que, mientras se disponía a entrar al museo, una de las empleadas le advirtió que no iba a a «pasar tal cosa», en relación al vestuario que la alumna había elegido.
«Pregunto que qué está pasando, nadie me responde pero solo me miran fijamente los pechos, me siento incomodísima. (…) Llega otro gerente, nadie tiene el valor de decir que el problema es el escote, pero todos miran abiertamente mis pechos, señalados al final con un ‘esto'», relata la joven.
De acuerdo con Jeanne, los empleados del museo respaldaron su decisión en el artículo 7 de su reglamento interno, que obliga a sus visitantes a portar «un atuendo decente». La solución que le presentaron fue que se pusiera una campera que cubriera su cuerpo, si es que todavía tenía la intención de ingresar a la exestación ferroviaria.
«Todo este sinsentido hace que incluso un responsable se aguante la risa. (…) No quiero ponerme la campera porque me siento vencida, obligada, me da vergüenza, me da la impresión de que todo el mundo me mira los pechos, ya no soy más que mis pechos, soy sólo una mujer sexualizada, pero quiero entrar«, continúa su descargo Jeanne, quien finalmente, accedió al pedido de los responsables del lugar.
Luego, ella recuerda que en el museo, se exhiben «cuadros de mujeres desnudas, esculturas de mujeres desnudas, visitantes con la espalda al aire, con el ombligo al aire, pero todas delgadas y sin pecho. Me pregunto si me habrían dejado entrar sin problema con algunos de los atuendos que llevan las mujeres dentro«, reflexiona.
«No soy solo mis pechos, no soy solo mi cuerpo. Me pregunto si los agentes que querían prohibirme la entrada saben hasta qué punto han obedecido a dinámicas sexistas. No puede ser un juicio arbitrario sobre qué es decente y qué no lo que determina el acceso a la cultura o no«, concluye la misiva, que acompañó en Twitter junto con una foto de su cuestionado vestido, y las disculpas públicas del Museo.
Lettre ouverte @MuseeOrsay
Ci-joint la robe de la discorde (photo prise quatre heures plus tôt) pic.twitter.com/FTIXQKsdRZ
— Tô’Liên (@jeavnne) September 9, 2020
La reacción de la institución
Con un escueto mensaje en Twitter, el Museo de Orsay hizo mención al hecho, y se disculpó con la damnificada: «Nos enteramos de un incidente que ocurrió con una visitante cuando ingresó al Musée d’Orsay. Lamentamos profundamente esto y nos disculpamos con la persona afectada con la que contactamos».
Nous avons pris connaissance d'un incident survenu avec une visiteuse lors de son accès au musée d'Orsay.
Nous le regrettons profondément et présentons toutes nos excuses à la personne concernée que nous contactons. pic.twitter.com/wLO6aJpiUN
— Musée d'Orsay (@MuseeOrsay) September 9, 2020
El museo, entre el pasado y el presente
El Museo de Orsay recibe casi tres millones de visitantes por año, que tienen la posibilidad de apreciar alrededor de 4000 obras. Entre ellas, se cuenta El origen del Mundo, de Gustave Courbet, que data de 1866, y en su momento, escandalizó al mundo. De hecho, no vio la luz (fue ocultada en una bóveda) hasta 1995.
Sin embargo, la institución parece no estar a la altura de la historia que contiene, puesto que el hecho que protagonizó Jeanne no es el primer evento de estas características. En 2016, la artista performática Deborah De Robertis, realizó una presentación donde esta ubicada El origen del mundo, sin ropa. Por ese motivo, fue arrestada luego de ser denunciada por el lugar, y estuvo dos días presa.
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