Un día como hoy, hace 17 años, ocurría una de las tragedias más recordadas del país en el barrio de Once de la Ciudad de Buenos Aires, cuando perdieron la vida 194 personas y más de 1.500 resultaron heridas producto del incendio del boliche República Cromañón.
Hasta la actualidad, familiares de las víctimas y sobrevivientes siguen marchando cada 30 de diciembre para recordar a hijos, hermanos, sobrinos, nietos o amigos, y conscientizar para que algo similar no vuelva a suceder.
El homenaje de este año comenzará alrededor de las 12hs en el santuario ubicado en los alrededores de donde funcionaba el local bailable (en Bartolomé Mitre al 3000), donde hay murales pintados en homenaje a las víctimas, y que en el día de la fecha por artistas urbanos.
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En tanto, las 16 horas, comenzará en Plaza de Mayo la jornada de «Las zapatillas siguen marchando», una jornada cultural en la que se procederá a leer un documento para las agrupaciones de familiares y sobrevivientes.
Unas horas más tarde, se dará inicio a la caminata hasta Once, mientras en el Obelisco se presta una función homenaje de varias bandas musicales.
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Una vez llegados al santuario de Cromañón, ubicado cerca de la Plaza Miserere, la agrupación de percusión «La Chilinga» hará una actuación para todos los presentes, cerrando el día de actos en recuerdo a los más de 190 fallecidos y todas las personas que estuvieron aquella noche del 2004.
LO SUCEDIDO EN CROMAÑÓN
República Cromañón estaba habilitado para 1.031 espectadores, y esa noche, se estima que habían ingresado cerca de 4.500 personas al recital de Callejeros.
Con todas las condiciones dadas, una bengala fue suficiente para desatar el desastre. Las llamas provocadas por estas comenzaron a expandirse por una media sombra que colgaba desde el techo. El humo creciente puso en pánico a los jovenes, que comenzaban a agolparse en las salidas.
El incendio fue de tal magnitud que dentro del lugar, según los peritos, se llegó a una temperatura de 400 grados. Esto sofocó al público y fue la causa de la mayor cantidad de muertes.
Las llamas, además, provocaron un cortocircuito que dejó el recinto a oscuras, mientras los chicos y chicas intentaban escapar.
La desesperación aumentaba, cuando la masa de gente se percataba de la falta de matafueogs y de agua en los baños, mientras se agolpaban en las puertas. Solo 2 de las 6 salidas de emergencia estaban abiertas y disponibles para salir a la calle.
La mayoría de los fallecidos fueron a causa de las quemaduras, el aplastamiento y la asfixia.
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