Luego del pedido de condena de 12 años que solicitó Diego Luciani, cientos de ciudadanos fueron a la esquina de Juncal y Uruguay (lugar donde reside la vicepresidente) para realizar algunos cánticos contra Cristina, en tanto otros pocos la insultaban desde las afueras de su casa.
Al pasar las horas, también se sumaron militantes de La Cámpora y algunos fieles seguidores de Cristina Kirchner. No obstante, estos últimos no molestaron a la expresidente, sino los «energúmenos macristas», como calificó a los demás ciudadanos no simpatizantes de su gobierno que se mostraron a favor del pedido del fiscal Luciani.
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Pasadas las 23:00 horas, tres policías de la Ciudad denunciaron ser heridos con armas blancas por militantes de La Cámpora, un efectivo tuvo que ser hospitalizado con herida de apuñalamiento. En vista a esta delicada situación comenzaron a revisar mochilas y carteras de militantes camporistas.
Algunos de ellos se molestaron por el accionar policiaco y comenzaron a reaccionar de manera violenta, es por ello que la policía de la ciudad tuvo que contraatacar avanzando con sus respectivos escudos y reprimir con gas pimienta.
Este imprevisto causó que la vicepresidente acusara a Horacio Rodríguez Larreta de mandar a las fuerzas policiales a «reprimir a los ciudadanos y ciudadanas».
El tweet de Cristina: «Lo único que le faltaba a Rodríguez Larreta para ser Macri: la policía de la ciudad reprimió con palos, gas pimienta y gases lacrimógenos a ciudadanos y ciudadanas que se acercaron a Juncal y Uruguay como muestra de apoyo frente a los insultos de un grupo de energúmenos macristas».
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Lejos de retractarse por llamar energúmenos macristas a un sector de la sociedad, la vicepresidente redobló la apuesta y siguió su mensaje: «Jamás, ningún militante ni simpatizante de nuestro espacio político ha ido al domicilio de ningún dirigente macrista a insultarlos. Ni a la casa de Macri, ni a la de Rodríguez Larreta, ni a la de Bullrich o Vidal«.
También calificó como «muy violentos» a los manifestantes opositores y finalizó, «nunca fueron ni serán democráticos».
CALLES BLOQUEADAS, CÁNTICOS Y MIEDO
Los locales cercanos a la esquina donde reside la vicepresidente en Recoleta aún siguen cerrados por temor a las agresiones de sus militantes. Esta situación se viene extendiendo desde la tarde-noche de este lunes, cuando surgió una contramarcha para apoyar a CFK. Se adueñaron de Recoleta.
Lejos de retirarse, los séquitos del kirchnerismo siguen sumándose. Las organizaciones sociales lideradas por los referentes de izquierda que ocupan bancas en el Congreso también llamaron a manifestarse contra el pedido del fiscal Luciani.
Otros en cambio, solo se repudiaron el pedido a través de Twitter, como la dirigente nacional del Nuevo MAS y Las Rojas, Manuela Castañeira o la diputada nacional Myriam Bregman.
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El tweet en apoyo a CFK de Myriam Bregman: «Rechazamos la persecución política que incluye un antidemocrático pedido de inhabilitación para Cristina Fernández de Kirchner. Para no ser usadas como medio de persecución o proscripción, como vimos en Brasil, las acusaciones de corrupción en la obra pública deben ser juzgada por jurados populares».
En la misma sintonía Castañeira denominó la determinación del fiscal como «un hecho de persecución política».
Finalmente, concluyó: «No tenemos dudas de los hechos de corrupción del kirchnerismo y del macrismo, amparados desde el Estado y/o facilitados por las relaciones con el mismo. Sin embargo, la justicia aristocrática argentina pretende hacer un arbitraje desigual en relación a unos respecto de otros».
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