Estas últimas semanas vienen complicándose para la dirigente social Milagro Sala. Los testimonios en su contra que exponen, sus maltratos, abusos, extorsiones y actos corruptos, siguen sumándose. Esta vez se trata de Isabel López, quien trabajó junto a Sala por 15 años en la agrupación Tupac Amaru.
López fue empleada de la organización desde 1998 hasta el 2013, cuando decidió alejarse por los maltratos recibidos por parte de Sala, en vista a esto se sinceró y contó: «Me cansé de sus humillaciones y constantes faltas de respeto».
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Estas declaraciones fueron brindadas al medio TN, donde además recordó varios episodios similares. En el día previo a Pascua, en el que ella era la encargada de prensa de la organización, Sala la citó a su casa para pedirle unos videos y al ver que López no los tenía, comenzó a golpearla brutalmente.
Según las declaraciones de Isabel, Sala la golpeó en la cara, a puño cerrado. López comentó que trató de denunciar la situación, pero no pudo porque «la mujer (Milagro Sala) manejaba toda la justicia de Jujuy» y agregó, «vivía con miedo a que me reprima, me pegue o me haga algo».
Después de esta agresión, López comentó que el miedo creció cada vez más, aparte también el sentimiento de dependencia y susceptibilidad al saber que si se iba «perdía todo». Lo primero que hacían contra quienes se «rebelaban» contra Milagro, era: «quitarles el suelo, el trabajo y la vivienda». Al pasar los años, López se armó de valentía y en el 2013 decidió abandonar la agrupación, en consecuencia perdió todo lo que poseía en ese momento y le daba estabilidad económica.
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Este testimonio se asemejaba al de Mirta Guerrero, alías Shakira, ya que ambas comentan el poder que tenía Sala en la provincia norteña, que abarca tanto a los ciudadanos más vulnerables como a la justicia.
Al ser consultada por el funcionamiento de la organización y cómo se efectuaban los pagos de los colaboradores, López detalló: «Milagro Sala era la dueña de todo, nosotros simplemente fuimos las personas que ella usó para que realicemos las obras. Trabajábamos todo el día«, especificó en cuanto a las casas que Sala decía entregar para los jujeños.
La denunciante recordó sus días como presidente de la cooperativa, lugar donde ella y sus compañeros realizaban obras por largas jornadas diarias y confesó: «El Estado mandaba un monto de sueldo y nos lo rebajaban, nos pagaban lo que ella (Sala) quería. Yo tenía miedo de que me sacaran la casa«.
– ¿La casa era tuya o le pertenecía a la Tupac Amaru?, consultó Franco Mercuriali.
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– «La vivienda mucho tiempo no estuvo a mi nombre. Sí me la dieron, pero yo no podía construir, no podía hacer nada porque tenía miedo constante a que me la saquen. Porque si Milagro decía que vos habías hecho algo mal, te sacaban la casa, perdías el trabajo y perdías todo».
Mercoliani también le preguntó por el manejo irregular de los fondos, pero sin mucho más que agregar a lo que ya mencionó Mirta Guerrero, especificó: «El dinero lo manejaba siempre ella, desde la cooperativa no podíamos ver el dinero», pero sí admitió ver cómo a al pasar el tiempo Milagro Sala iba adquiriendo propiedades y vehículos: «Mientras ella iba ganando camionetas, autos, y propiedades, nosotros seguíamos sumisos porque no podíamos decir nada. Muchas personas se hicieron ricos con ella».
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