Kurt Vonnegut: el humor como respuesta a todo

La aparición de Un hombre sin patria, último libro que publicó en vida, es un festín para los que conocen su obra y un buen puntapié inicial para quienes no.
Kurt Vonnegut: el humor como respuesta a todo
Créditos: Kurt Vonnegut: el humor como respuesta a todo
Por: Pablo Strozza

Entre los días 13 y 15 de febrero de 1945, en plena Segunda Guerra Mundial, aproximadamente tres meses antes de la capitulación nazi, aviones de la Real Fuerza Aérea Britanica (RAF) y de las Fuerzas Aéreas del Ejército de los Estados Unidos (USAAF) llevaron a cabo cuatro bombardeos consecutivos sobre la ciudad alemana de Dresde, considerada como la “Florencia del Elba” por su arquitectura renacentista. Cerca de 4 mil toneladas de bombas cayeron sobre Dresde, que provocaron un número estimado de 25 mil muertos para una población que no estaba entre los objetivos de interés estratégico aliado. La matanza provocó reacciones de todo tipo (se dice que hasta el propio Winston Churchill, en la intimidad, la condenó por su brutalidad), hoy es vista como un antecedente nefasto de las bombas atómicas arrojadas a Hiroshima y Nagasaki en Japón, y para muchos (el historiador inglés Donald Bloxham, el Premio Nobel de Literatura alemán Gunter Grass) lo consideran un crimen de guerra.

Kurt Vonnegut murió en 2007
Kurt Vonnegut murió en 2007

En el momento del bombardeo a Dresde Kurt Vonnegut (1922-2007) era un soldado estadounidense que estaba como prisionero de guerra en esa ciudad, luego de haber sido capturado por el ejército germano tras la Batalla de las Ardenas, en Bélgica. Fue uno de los siete soldados aliados que sobrevivieron a esta “matanza inconcebible” por estar confinados en un sótano para empaquetar carne llamado Matadero Cinco. Una vez que los bombardeos culminaron (“Una destrucción completa”), los alemanes lo pusieron a apilar cadáveres para que fueran enterrados en sepulturas comunes, pero “había demasiados cuerpos que enterrar, así que los nazis prefirieron enviar a unos tipos con lanzallamas.

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Todos esos restos de víctimas civiles fueron reducidos a cenizas”. Esta experiencia fue plasmada en el libro Matadero Cinco (1969), uno de los alegatos anti bélicos más contundentes de todos los tiempos, y es recurrente en toda la obra de ese veterano de guerra que se transformó en uno de los escritores satíricos y de ciencia ficción más importantes de la segunda mitad del Siglo XX. Las sirenas de Titán (1959), Cuna de gato (1963), el indispensable Desayuno de campeones (1973) y Galápagos (1985) son algunas de sus novelas, que sin dudas harán las delicias del lector de la mano de un humor negro imbatible, vidas apócrifas como la del escritor Kilgore Trout y una crítica a la cultura de los Estados Unidos desde una posición humanista (fue presidente de la Asociación Humanista de los Estados Unidos) y de defensa del medio ambiente.

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"Un hombre sin patria", el último libro publicado por Kurt Vonnegut en vida
«Un hombre sin patria», el último libro publicado por Kurt Vonnegut en vida

Un hombre sin patria (2005) es el último libro publicado por Vonnegut en vida, y ve la luz en la Argentina gracias a los oficios de la editorial Compañía Naviera Ilimitada, en una muy buena traducción por parte de Daniel Cortés Coronas. Es una antología de ensayos breves del autor y funciona, al mismo tiempo, como un manifiesto sobre su estilo de vida. Así Vonnegut dice detestar el uso del punto y coma al momento de escribir, admite ser adicto al tabaco (“No pierdo la esperanza de que me mate”) y a los combustibles fósiles (por supuesto que no bebe nafta, sino de que esa es su forma ejercer una crítica ambiental), pondera cada vez que puede a su admirado Mark Twain, se reconoce como un ludita y, obviamente, apunta y da en el blanco en sus dichos sobre George W. Bush (“Se rodeó de la flor y la nata de los universitarios mediocres que no saben nada de historia ni de geografía, y también de defensores de la supremacía blanca mal disimulados, que se hacen llamar cristianos, y también (lo más alarmante) de personalidades psicopáticas, que es el término médico con el que se designa a las personas listas y afables que carecen de conciencia”).

Cada uno de los ensayos de Un hombre sin patria son precedidos por frases escritas a mano o dibujos del propio Vonnegut que posteriormente fueron serigrafiados por el artista Joe Petro III para formar parte de Origami Express, un proyecto editorial llevado a cabo por ambos. “¿Son buenas las obras de Origami? Pues bien, le pregunté al tristemente desaparecido pintor Syd Solomon como se podía distinguir una buena obra de arte de una mala. Me dio la respuesta más satisfactoria que llegaré a oír jamás: ‘Mira un millón de obras y jamás podrás equivocarte”, escribió Vonnegut. Valga esta anécdota, y el epitafio que escribió para que aparezca en su tumba (“La única prueba que necesitó de la existencia de Dios fue la música”) como puertas de entrada para los neófitos en la obra de Kurt Vonnegut. Sus fieles no necesitan ninguna recomendación de ninguna clase, ya que no hay dudas que tienen a Un hombre sin patria como material permanente de consulta, y al mismo tiempo fuente de carcajadas, desde el momento de su salida.

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