Era conducido por Pablo Camaití, el ex notero de CQC favorito de la ex presidenta, y participaban economista alineados con el kirchnerismo. El ex ministro de Economía fue entrevistado en casi todos los envíos. Terminó siendo el “678 de los números”. Le facturaban a la productora un promedio de 258 mil pesos el envío semanal.
Empezó con una entrevista a Axel Kicillof, de la mano del periodista invitado Marcelo Zlotogwiazda, y terminó con un repaso a todas las notas que le hicieron al ex ministro. “Economía sin corbata” fue el house organ del relato económico del joven de las famosas patillas. A tal punto que apareció en casi todas las emisiones del ciclo.
El programa era conducido por Pablo Camaití, el ex notero de “CQC” favorito de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. El único al que Ella le contestaba preguntas, allá por los principios de su mandato, cuando no había ni entrevistas, mucho menos conferencias de prensa. CFK le solía contestar a Camaití requisitorias habitualmente dóciles a pesar del estilo histórico del programa. Tal vez por esa empatía, el notero pasó luego a bastonear el noticiero nocturno de la TV Pública por oferta y decisión de los camporistas, algunos también ex noteros de tevé -como Carlos Figueroa, ex gerente de Noticias y anterior cronista de “Duro de Domar”-, que manejaban con línea de comisariato político el área informativa del canal público.
El programa fue breve pero conciso. Arrancó a fines de abril del 2015 y se mantuvo en pantalla hasta diciembre. Las contrataciones se realizaron por trimestre. En #BORDER accedimos a los dos últimos contratos que Tristán Bauer, ex titular de Radio y Televisión Argentina, firmó para darle aire a “Economía sin Corbata”. Luego de revelar los documentos exclusivos de “678”, “Fútbol Permitido”, la productora Torneos, “Cocineros Argentinos” y Soledad Pastorutti, es el momento de contar cuánto se gastó en el house organ de Kicillof, en la saga de notas sobre #ContratosDel7.
El 27 de julio pasado Bauer firmó la primera renovación del contrato trimestral de “Economía sin corbata”. El programa era una realización de El Oso Producciones SRL, una empresa de Claudio Martínez con historia en la producción de ciclos periodísticos, como los conducidos por Zloto y Ernesto Tenembaum. Por la empresa firmó el socio gerente Aldo Fernández Sánchez. Allí se definió el programa como “dedicado a aportar una visión diferente sobre las cuestiones coyunturales de la economía” y se estableció:
- Un pago de 198.720 pesos más IVA por cada uno de los diez capítulos que se emitieron entre el 27 de julio y el 30 de septiembre del 2015.
- Es decir, un total de 1.987.200 pesos que ascendían a 2.404.512 pesos, impuestos incluidos.
Pero el 30 de octubre, Bauer, por el canal, y Fernández Sánchez, renovaron el contrato, retroactivo al primer día de ese mes. Allí acordaron:
- Un pago de 227.576,18 pesos más IVA por cada uno de los diez capítulos que se emitieron entre “la primer (sic) semana” de octubre y “hasta mediados del mes de diciembre” del 2015.
- Es decir, un total de 2.276.761,80 pesos que ascendían a 2.754.881,78 pesos, impuestos incluidos.
La renovación supuso un aumento del 14 por ciento entre trimestres y resultó en un pago de 5.159.393, 78 pesos por 20 programas. (Sin considerar otros presumibles al menos 2 millones de pesos por el primer trimestre que el ciclo estuvo al aire).
El Oso Producciones tenía derecho a facturar el 50 por ciento de los ingresos por PNTs y el otro iría al canal. Pero, a diferencia de 678 y la productora de Gvirtz, en este caso, había una prohibición explícita de facturar pauta oficial. Porque la productora no podía contratar entes a través de Télam. Y en el inciso 11.9 del contrato se explicitaba: “El producido neto de la publicidad que ingrese por RTA a través de Télam será a total beneficio de RTA”. Y si bien la restricción dejaba la puerta abierta para organismos como AFIP o ANSES que no pautaban sus comerciales a través de la agencia estatal, en el programa, al menos en los videos online, no fueron halladas publicidades de ese tipo.
El house organ de Kicillof
Cuando el programa fue anunciado, fue muy curiosa la gacetilla que emitió Canal 7 para promocionarlo. Allí se detallaba que “Economía sin Corbata” contaría “con la conducción de Pablo Camaití, la participación especial del ministro de economía Axel Kicillof y un equipo de periodistas que aportarán miradas históricas, nuevos enfoques, datos, infografías y análisis”.
¿En qué consistiría esa “participación especial” del ex ministro? Lo que se creyó como un papel de columnista, en rigor, fue ser el entrevistado estable de un grupo de periodistas rotativos convocados para tal tarea. La lógica al revés al servicio del niño mimado de la economía K. Por el programa pasaron Zlotogwiazda, Horacio Verbitsky, Víctor Hugo Morales, Adrián Paenza y el sociólogo brasileño Emir Sader. Todos convocados para visitar a Kicillof en su despacho. Por allí también pasó uno de los verdaderos columnistas del programa, el politólogo de Página/12 José Natanson, que hizo su propia nota.
Pero no sólo eso fue la “participación especial” de Kicillof. También en el programa reprodujeron una charla abierta que el ex ministro dio junto a Alejandro Dolina y Martín Jáuregui, y fue varias veces entrevistado por Camaití. Y durante la campaña, Kicillof fue directamente al piso como invitado. El programa lo mostraba así:
Y si allí no estaba Kicillof, seguro alguno de sus colaboradores era de la partida: el ex viceministro Emmanuel Álvarez Agis; Paula Español, ex subsecretaria de Comercio Exterior, y Natalia Calcagno, ex directora nacional de Industrias Culturales fueron algunos de los funcionarios del ex ministro que visitaron el cómodo living de “Economía sin corbata”.
La sinergia entre el programa y el ex ministro fue tal que la productora anunció la edición de un libro de Kicillof –editado por su esposa– con las entrevistas del propio programa con apenas una adición: una nota de Joaquín Morales Solá.
El libro de Kicillof se llamó “Diálogos sin corbata” y fue presentado en la Biblioteca Nacional, en octubre pasado, a la que concurrieron desde el conductor al productor Claudio Martínez. Así lo chiveaba Camaití
Además de Camaití y Natanson, en el programa eran columnistas estables los economistas Tomás Lukin -también periodista en Página/12- y Agustín D’Attellis, de la agrupación kirchnerista La Gran Makro. A ellos se sumaba el historiador Sergio Wischñevsky, ex radio Nacional, que condujo uno de los programas en ausencia de Camaití, previo a las elecciones. Lejos de sus pretensiones periodísticas, el envío comenzó con un clarísimo posicionamiento ante el balotaje.
Si bien el nombre de “Economía sin corbata” hace referencia al libro del economista griego Yanis Varoufakis, en manos de Kicillof se hizo slogan. El ex ministro hacía gala de su estilo descontracturado que, paradójicamente, debe ser de lo poco con lo que coincide con algunos de sus sucesores macristas. Con la derrota del kirchnerismo, el programa proyectó a futuro, como se ve a continuación.
Kicillof tuvo en la pantalla pública su house organ, un 678 menos belicoso e igualmente propagandístico para ensalzar sus posturas, su figura y sus publicaciones. Y, claro, no menos costoso para todos.
El contrato completo de “Economía sin corbata”.
