Cynthia Hotton comparte dos pilares básicos con su compañero de fórmula, el candidato a presidente Juan José Gómez Centurión. Los dos tienen férreas posturas conservadoras en temas sociales. Ella, como diputada, fue una de las voces que más se opuso a la aprobación del matrimonio igualitario y se la recuerda por su llanto en aquella sesión histórica. Y juntos -él como católico y ella como evangelista- se autodefinen como la única fórmula “celeste”, que se opone a la legalización del aborto. Pero la raigambre ortodoxa y religiosa no es lo único que los une: también los dos fueron parte del gobierno de Mauricio Macri, al que ahora enfrentarán.
Gómez Centurión tuvo una turbulenta gestión frente a la Aduana -donde recibió respaldo oficial ante denuncias de corrupción que lo hicieron tomar licencia- y hasta principios de año fue vicepresidente del Banco Nación. Hotton aún es funcionaria: ocupa un cargo diplomático en la embajada argentina ante la OEA, con sede en Washington, en el equipo que comanda Paula Bertol.
Por más que Hotton deja que se crea que ese puesto fue un gesto político, la realidad es otra: accedió haciendo carrera en Cancillería. La ahora candidata es de familia diplomática. Su padre fue embajador, su madre habría tenido un paso extenso por el servicio de relaciones exteriores y su hermano fue parte hasta este año de la comitiva estable en la otra embajada argentina que funciona en la capital estadounidense, la bilateral, enviado allí desde épocas kirchneristas.
Cynthia hizo toda la carrera en el Instituto del Servicio Exterior de la Nación (ISEN), habla cinco idiomas y lo que pocos saben es que es parte de la Cancillería, al menos, desde 1999. Allí volvió a recalar después de haber sido diputada nacional, entre 2007 y 2011, primero por el PRO y luego con partido-monobloque “Valores para mi país”, que fundó tras la discusión igualitaria y tras denunciar supuestas coimas en la aprobación de una ley de presupuesto.
Hotton pasó los últimos años del kirchnerismo en Cancillería y dicen que no la pasó demasiado bien. Los funcionarios K se sorprendían al verla y la destrataban en los ascensores. Jamás accedió a que la enviaran a alguna misión internacional. Mientras tanto trabajó en la fundación política de Avelino Porto.
Debió esperar al cambio de Gobierno. Fue la excanciller Susana Malcorra la que la envió a Washington como su primer destino foráneo en 2015, mucho antes de que su actual jefa directa fuera designada en ese cargo. El 28 de junio pasado Hotton entró en licencia sin goce de sueldo, aprobada por el actual canciller Jorge Faurie, para enfrentar su campaña electoral. Macri -ni la política- nunca tuvo injerencia en ninguna de esas decisiones.
Lo cierto es que la candidata ultraceleste estuvo a punto de renunciar a su cargo y a su extensa -y poco conocida- carrera diplomática. Los coqueteos de Hotton con la política son muy mal vistos por sus pares de carrera en la Cancillería, que la consideran imprevisible. “Hace lo que quiere y es un poco naif. No es fácil de llevar pero los ministros del servicio tampoco se la hacen sencilla porque no les gusta eso de sus idas y vueltas con el mundo político”, dicen.
Finalmente, Hotton optó por el pedido de licencia por dos factores. Durante varios meses había intentado convencer al oficialismo de ser candidata a diputada por el Frente para el Cambio, como una de las embanderadas celestes en las listas, pero desde cerca de Marcos Peña vino una respuesta negativa. Entonces le llegó la primera oferta de Gómez Centurión: encabezar su lista de diputados y ahí surgió la idea de la renuncia. Pero ese listado no logró ser aprobado para competir y el ex Aduana le reofertó la candidatura a la vicepresidencia, que finalmente aceptó. Pero entonces fue su familia diplomática la que la persuadió para que optara por la licencia, ante las pocas posibilidades de éxito electoral de la propuesta.
Es que por su categoría diplomática, Hotton tiene un sueldo que ronda los 9 mil dólares -poco más de 400 mil pesos-, un tercio de ello como el monto que Cancillería destina para gastos de alquileres para hospedaje de sus ministros en el exterior. Ella eligió un apartamento en el bello barrio de Adams Morgan, al noroeste de Washington, mucho más cercano que lo que habitualmente eligen los diplomáticos, que implican viajes más largos al trabajo para ahorrar viáticos. Allí se instaló con una de sus hijas -tiene dos mellizas y un varón más grande- y dicen que su marido, el empresario hotelero Julio Ducdoc, la visitaba cada 15 días. Eso sí: cuando debió volver a Buenos Aires para hacer los trámites y presentarse como candidata lo hizo tomándose días de vacaciones adeudados.
Lo insólito es lo que Hotton informó en sus declaraciones juradas, obligatorias como funcionaria. En la última disponible, de 2017, la diplomática declaró poseer sólo una caja de ahorro en dólares en Estados Unidos con 165 mil pesos. Nada más. Ni dinero en efectivo, ni vehículos, ni cuentas bancarias en Argentina, ni propiedades. En ese mismo documento declaró haber percibido ingresos anuales por 2.953.879,25 pesos y gastos personales por la misma cifra. En todo un año trabajando en el exterior con un sueldo dolarizado, Hotton no pudo ahorrar un peso.
Sus anteriores declaraciones juradas son similares:
- En 2015 declara poseer sólo un Peugeot 208 Allure 1.5 N Touchscreen modelo 2014 pero adquirido al año siguiente, tasado en 231 mil pesos. Para ese año declaró ingresos por 632.300 pesos y gastos por 231.300 pesos. Apenas 300 pesos más que el costo de su auto.
- Para 2016 ya había vendido el auto y declaraba su caja de ahorro en Estados Unidos con 166.907 pesos y una cuenta similar en Argentina con 80 pesos. Declaró ingresos anuales por 1.160.753 pesos, pero dejó en cero el renglón de gastos.
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Con esos datos #BORDER contactó a la candidata. Sus respuestas fueron breves audios de WhatsApp que no sumaron mayor claridad a sus números.
#BORDER: -En su última declaración jurada apenas declara una cuenta con 165 pesos. ¿No tiene bienes a su nombre?
Hotton: -Eh… Yo tengo… eh… digamos. Tengo las presentaciones en las declaraciones juradas y claro que tengo bienes, así que no sé… Lo que tengo es casa, que sería bien de familia compartida con mi marido, un coche. Y todo esto está. Sí. Está.
#BORDER: -No, justamente no están. Lo curioso es que sólo declare en los últimos años, montos menores a lo que sería un sueldo de sus ingresos.
Hotton: –Ah, eso me da mucha risa, cuando piensan que los diplomáticos juntamos mucha plata. Te aseguro que en el exterior lo que te entra lo gastás. Hay muy poca capacidad de ahorro porque lo que te entra se va en alquiler, en vivir allá y los gastos suelen ser muy altos. Y no te olvides que tenemos que hacernos cargo de toda la salud y a veces pasan varios meses para que el Gobierno argentino lo reintegre. Por eso, las cuentas están con pocos fondos. Por lo menos las mías.
#BORDER intentó repreguntar pero Hotton nos clavó el visto. Muchos recuerdan que en sus tiempos de diputada Hotton era buena anfitriona en una casona familiar en el barrio de Las Cañitas. Es sabido que su marido tiene un muy buen pasar. Julio Ducdoc es CEO de la cadena Rochester que explota hoteles en Calafate, tres en Ciudad de Buenos Aires, uno boutique en Buzios, Brasil, llamado Serena, y uno nuevo en Asunción, Paraguay. El empresario heredó el negocio de su padre homónimo, quien fuera víctima de un secuestro en manos de la misma banda que mantuvo cautivo a Mauricio Macri.
Pero Ducloc hijo tomó notoriedad por su esposa, en 2010. Mientras Hotton rechazaba la aprobación del matrimonio igualitario con el eslogan famoso de “mamá y papá”, trascendió que uno de los hoteles explotado por su marido, con sede en Bariloche, se promocionaba como destino “gay-friendly”. #BORDER no pudo constatar que eso aún siguiera siendo así, al menos en sitios oficiales.
El empresario figura en el directorio de cinco sociedades dedicadas a la explotación hotelera: Rivotel SA (que tiene inscripta la marca Rochester), E Balonga SACIFI, Almafuerte SA, Eivan SA, y Compass Management SA, creada en 2018 junto a su hijo. También figura en el directorio de una empresa inmobiliaria, Vantai incorporated SA, y sería el dueño de una firma radicada en Miami, World Reservations LLC, inscripta en 2013.
Hotton no está obligada a informar las propiedades de su marido, aunque sí debería explicitar lo que le corresponde como bienes gananciales. Sus respuestas dejaron más dudas que sus diatribas antiderechos. Y eso que también esto es un tema de valores.
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