Manzanares prefiere volver a la cárcel porque no soporta el lugar inhóspito donde lo tienen ahora

Está en una celda con un reflector prendido las 24 horas. “Parece que me castigan”, dijo el ex contador de los Kirchner. Es parte del programa de protección de testigos del Ministerio de Justicia. Pero como es arrepentido y detenido a la vez, lo tienen ahí y le prometieron que sería transitorio. Lleva más de 80 días.
Por: Daniel Seifert @SeifertDaniel

El ex contador de la familia Kirchner prefiere volver a la cárcel de Marcos Paz, antes que soportar el lugar que le designaron como testigo protegido, en el marco del programa del Ministerio de Justicia, que comanda Germán Garavano. Lo que parece increíble se da por una simple razón: el lugar que le tocó a Víctor Manzanares -y que le prometieron transitorio– es una celda en una dependencia policial, aislada y con un reflector que está encendido las 24 horas del día.

El hombre que, como arrepentido, detalló las maniobras de lavado de dinero del ex secretario presidencial Daniel Muñoz, le dio un impulso clave a la causa de los cuadernos de la corrupción K, pero considera que no cumplieron con él en cuanto a sus condiciones de seguridad y mínimo confort, luego de confesar.

“Al final di datos fundamentales para que avancen en la causa y parece que me están castigando peor”, escucharon quejarse a Manzanares.

Su caso es particular. La mayoría de los que se presentan como arrepentidos en causas judiciales logran volver a sus casas y, en caso de acogerse al programa de testigos protegidos, a un domicilio secreto designado. Pero como Manzanares se arrepintió por los cuadernos pero también tiene orden de detención por la causa Los Sauces, terminó en una celda policial, que le habían prometido como paso transitorio de no más de 15 días.

Sólo el caso de José López, el ex secretario de Obras Públicas se le asemeja: el ex funcionario está detenido por el caso de los bolsos en el convento pero se arrepintió también en la causa cuadernos. La diferencia es que el contador K no quiso pedir la excarcelación, ya que cree que en esa causa está bien cumplir una condena. Pero ahora las condiciones en las que vive le generan dudas.

Manzanares lleva más de 80 días en esa celda alternativa y se cansó: ordenó a sus abogados a pedir regresar a Marcos Paz, antes que continuar en ese lugar, incluso cuando las autoridades le habían sugerido no permanecer en una cárcel con muchos presos de la corrupción para resguardar su seguridad.

En Marcos Paz está detenido el ex ministro de Planificación, Julio de Vido, y su cuñado, el “Mono” Claudio Minnicelli, entre otros hombres fuertes de la gestión K. Manzanares nunca tuvo problemas con ellos, incluso cuando sabían que iba a arrepentirse. La preocupación es qué podría suceder con su regreso luego de hacerse públicas sus declaraciones.

Por lo pronto, el ex contador de los K le pidió a su abogado Roberto Herrera, que el lunes se presente ante el juzgado de Claudio Bonadio -que está de licencia y sería sometido a una cirugía- y ante el tribunal que lleva la causa Los Sauces para solucionar su situación.

Hasta últimas horas del viernes esperaban que hubiera alguna definición, pero el traslado prometido nunca llegó, al parecer, porque faltó una firma. Y eso fue lo último que soportó. “Al final di datos fundamentales para que avancen en la causa y parece que me están castigando peor”, escucharon quejarse a Manzanares.

Es que el arrepentido está detenido en una celda de una dependencia de la Policía Federal, en una habitación de 3 metros por 6. Está literalmente solo, aislado y tiene un baño sin puerta, con una media pared que lo protege de una cámara que lo filma las 24 horas del día, como parte del programa de protección. No tiene ventanas ni ve a nadie, salvo al guarda que le lleva la comida y tiene un reflector que lo ilumina todo el tiempo, porque la cámara que lo filma no tiene sistema infrarrojo. No tiene televisor. Sus abogados apenas lograron que le dejen entrar una radio, luego de varios trámites.

Una cámara que lo filma las 24 horas del día. No tiene ventanas ni ve a nadie, salvo al guarda que le lleva la comida y tiene un reflector que lo ilumina todo el tiempo, porque la cámara no tiene sistema infrarrojo.

El pedido de traslado se dilató varias veces y la promesa de que Manzanares estaría allí como máximo tres semanas se extendió a los 84 días. En ese tiempo apenas le autorizaron la visita de sus abogados y de su hermana, sólo en dos oportunidades. Las veces que salió de su celda fue para ampliar sus declaraciones en Comodoro Py y por una entrevista que dio, luego de que el Ministerio de Justicia la autorizara. En el resto del tiempo, a Manzanares no lo dejaron ni salir al patio. No parece el mejor caso para fomentar que los involucrados en casos de corrupción cuenten lo que saben.

Suscribite a nuestro newsletter
* Recibirás emails de cada publicación semanal
Notas relacionadas
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Con tu suscripción al Newsletter de Border Periodismo recibirás emails de cada publicación semanal.
* Recibirás emails de cada publicación semanal