El escritor Mariano Rolando Andrade y el lado C del Viejo Mundo

Su libro Aristas: Relatos en los confines de Europa, da cuenta de lugares alejados de toda ruta turística. Y ese es su encanto. Dialogamos con él.
Por: Pablo Strozza

La tercera acepción del término “Periferia”, según la versión online del diccionario de la Real Academia Española, es: “parte de un conjunto alejada de su centro, especialmente la de una ciudad”. Y es ésa palabra la clave a la hora de analizar Aristas: Relatos en los confines de Europa de Mariano Rolando Andrade, un gran libro publicado gracias a los oficios de la Editorial La parte maldita. Un conjunto de relatos que da cuenta de lugares como Islas Feroe, el norte de Noruega, Groenlandia u Odessa, en Ucrania, por citar alguna de esas zonas ausentes de toda guía turística que invite desde sus páginas (u online) a recorrer el Viejo Continente.

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Pero para que se entienda mejor lo de periferia hay que conocer un poco más de la historia personal de Mariano. Natural de Temperley y egresado del Círculo de Periodistas Deportivos, dio sus primeros pasos en el periodismo en el Diario La Unión de Lomas de Zamora y en la agencia Noticias Argentinas (NA). Y en el año 2000, con dos valijas y “tres lucas ahorradas”, decidió mudarse a París. Allí primero estudió francés en La Sorbone y luego una licenciatura en Estudios Latinoamericanos. A poco de terminar francés consiguió trabajo en la agencia de noticias France Press (AFP), donde fue corresponsal en Bruselas y en Nueva York, y cubrió la guerra de Libia. En la actualidad, es el jefe del servicio en español de la Agencia Francesa de Prensa (AFP)

Es decir que su primer libro, Los viajes de Rimbaud (Editorial Vinciguerra, 1996) lo presentó siendo editor en el diario La Unión de Lomas de Zamora y el último -el que reseña ésta nota- como jefe de Servicio en Español de la Agencia France Press (AFP).

En el medio, fue autor de Poesía Beat (Buenos Aires Poetry, 2017) y el poemario Canciones de los Mares del Sur (Buenos Aires Poetry, 2018). Editó y prologó Luisa Futoransky: los años argentinos (Editorial Leviatán, 2019) y ganó el premio Juan Rufo de Radio Francia Internacional (RFI) a mejor cuento en Lengua Francesa (2001).

Así fue como, establecido en Europa, Mariano comenzó a “armar viajes temáticos y periféricos. Era una época que viajaba un montón. Con guita o sin guita, me sacaba un pasaje en una línea aérea low cost y me rajaba. De hecho muchos viajes los hice con muy poca guita, onda mochilero. Y es verdad que el tema de las low cost ayuda mucho. Porque hay viajes como Noruega o Groenlandia que son caros. En Groenlandia, por ejemplo, el albergue era carísimo, y el dueño tenía una casa abandonada que me rentó por 20 dólares la noche. No había nada: me tiré en una colchoneta con la bolsa de dormir. Este es un libro que tardé más o menos seis años en escribir. Y están escritos en diferentes épocas. Los primeros son de 2006 y 2007; y el último de 2011”, cuenta, mientras apura un cafecito en un bar del barrio del Abasto.

¿Y la periferia? “Es una idea que decantó con los viajes: escribir algo sobre la periferia de Europa. Porque yo en la Argentina soy periférico, ya que soy de la zona sur del conurbano bonaerense, que es periferia con respecto a CABA. Pero la Argentina también es periferia con respecto al resto del mundo. Entonces, ahí, es cuando uno se da cuenta que tiene una mirada diferente, y la quise dejar plasmada”, dice Mariano, que de paso recuerda sus viajes juveniles del sur a la gran ciudad a través del Ferrocarril Roca para asistir a recitales en Cemento.

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Periferia
«Había que huir, sí, pero no a cualquier lugar, Si huía tenia que hacerlo hacia un lugar en el que el viaje se transformase en una suerte de peregrinaje, en un pequeño regreso, en la reafirmación de una identidad y una sangre», extracto del segundo capítulo de Aristas.

 

Hay un detalle que hace encantador a Aristas, y es el hecho de que Mariano no se casa con un estilo y un tono común a lo largo de los distintos relatos sino que varía, y elude tanto la tan en boga crónica como también el carácter beat de fluir de la conciencia (salvo algunos pasajes de su experiencia en el Camino de Santiago de Compostela). Hay textos como el de las Islas Feroe, que son perfiles de personajes del lugar. O los nórdicos, donde la inmensidad de las descripciones de esos pasajes, la mayoría de las veces inhóspitos, se traslada al lector como algo que se ubica entre una búsqueda interior arropada por esa inmensidad de la naturaleza descripta por el autor. Todo eso enriquece al conjunto de textos y a su resultado final. Mariano se pone contento cuando se le hace esa mención: “Hubo algo de mezclar lo histórico, lo geográfico, ciertas cosas que te van pasando inherentes a cada viaje, el estilo y también un poco la ficción. Por eso el subtítulo lleva la palabra “Relatos”, para que de entrada sepas que no todo lo que está ahí es cierto. Un 95% sí lo es, pero hay cositas que no. Porque con la crónica no te podés permitir eso, ya que hay un cierto compromiso de ‘Lo que estoy escribiendo, pasó’”.

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Al indagar sobre su futuro, Mariano se muestra cauteloso. “Estaba con la idea de hacer algo con crónicas por el este de Europa, que ahora quedó trunco por motivos de público conocimiento (risas). No lo quiero decir abiertamente porque me pasa que si lo cuento después no sale”. Esto da paso a que el periodista de AFP le gane por un lado al escritor y, entonces, nos brinde su mirada sobre la guerra entre Rusia y Ucrania. “Es algo que de cualquier modo va a terminar mal, ya que todas las soluciones son malas. No a nivel de un ataque nuclear, pero sí se teme que cualquier chispa de lugar a un conflicto más grande. Porque Putin no va a retroceder. Y mientras tanto está haciendo mierda Ucrania. Antes, cuando existía la Unión Soviética y anexaba países, existía una ilusión. Ahora, lo que pasa es que el tipo quiere sumar a su país a gente que no quiere vivir como en Rusia para rearmar una especie de Unión Soviética. Ya tiene a Bielorrusia, y hace un tiempo agarró Crimea. Estuve cuatro veces en Rusia, y admiro su cultura, su música. Pero hay cosas que no convencen. Es un lugar donde está prohibida la homosexualidad, donde gente como nosotros se sentiría perseguida. Yo no soy pro americano, pero pongamos las cosas en claro. Si en Estados Unidos sos homosexual y opositor, y querés tener un fanzine en Nueva York en donde llames a la anarquía, lo podes hacer. En Rusia no, y vas en cana. Y nadie discute que unos y otros son imperialistas”. Más claro, imposible.

El libro Aristas: Relatos en los confines de Europa se presentará el jueves 17 de marzo a las 19 hs. en el Centro Cultural Landa Sabaris, ubicado en Azopardo 53, Adrogué.

 

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