El 4 de abril por la noche, el presidente de Perú, Pedro Castillo, sorprendió a más de uno decretando un toque de queda desde las 02:00 de la mañana hasta las 23:59 horas del día de hoy. Pero la improvisación y la imposición debieron ceder ante las incesantes manifestaciones que lograron acabar con el estado de emergencia.
La decisión que tomó el presidente peruano fue como consecuencia de las fuertes protestas que llevan a cabo desde hace una semana los transportistas del país, especialmente de las provincias de Lima y Callao, tras el aumento exponencial de los combustibles. Las protestas generalizadas dejaron, hasta el momento, un saldo de 4 muertos y más de 20 detenidos.
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Los disturbios y la violencia comenzaron el 28 de marzo por los inéditos precios del combustible y la cifra más alta de inflación en los últimos 26 años, llegando al 1,48% mensual. A los transportistas pesados se le sumaron otros gremios y hasta se han unido, espontáneamente, ciudadanos que se ven afectados por el aumento en el costo de vida.
En un intento previo por calmar las aguas, la administración de Castillo eliminó este domingo el impuesto selectivo al consumo del combustible hasta junio y aumentó el sueldo mínimo en 10%, de 930 a 1.025 soles (280 dólares). Sin embargo, las movilizaciones persistieron y escalaron en violencia al comienzo de esta semana, lo que complicó, entre otras cosas, el abastecimiento regular de alimentos.
Hasta hoy, por lo menos la mitad de las regiones del Perú sufrieron bloqueos en la mayoría de las carreteras, incluso los accesos a la capital.
NADA NUEVO EN PERÚ
El gobierno de Pedro Castillo comenzó en 2021 aplicando múltiples cambios en distintos aspectos con poco consenso. Por otro lado, en solo 8 meses de mandato, el presidente nombró 4 gabinetes diferentes, lo que denota su indecisión y la falta de plan de gobierno. Además, desde la finalización de las elecciones, la oposición se abalanzó sobre la débil figura de Castillo, que, hasta el momento, contaba con un buen apoyo ciudadano.
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Meses después, el mandatario ya sufrió dos intentos de moción de censura en su contra, una pérdida de popularidad abrumadora en todos los sectores del país, llegando a tener una desaprobación del 68%, y acusaciones por corrupción que incluyen a miembros de su familia.
Desde fines de los 90 y principios de los 2000, Perú no logra una estabilidad política y los últimos seis años se ha vuelto un país «ingobernable». En ese periodo de tiempo, los peruanos tuvieron 5 presidentes, todos removidos por mociones de censura y con protestas recurrentes de por medio. Nada nuevo es lo que sucede y Pedro Castillo corre riesgos que debe solucionar rápidamente si no quiere acabar como sus antecesores.
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