Luego de vacacionar en el sur y de presentarse algunos minutos en el Congreso la semana pasada, Máximo Kirchner reapareció y propinó duras críticas al albertismo y la oposición. En sintonía con los últimos conflictos internos desatados por el reclamo del ministro del Interior, «Wado» de Pedro, quien no fue invitado a una reunión con referentes de los Derechos Humanos dentro de la cumbre del CELAC, el líder de La Cámpora lo respaldó: «Me extraña mucho del compañero Presidente que ahora esté tan cerrado a la voz de otro compañero que aparte se rompió el lomo para que sea presidente», expresó.
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En un tramo de la entrevista brindada al periodista Marcelo Figueras, Máximo volvió a cuestionar a la Justicia por la condena contra su madre en la causa que investigó el desvío de fondos públicos en la provincia de Santa Cruz: «Con la Justicia que tenemos, si Cristina (Kirchner) quisiese presentarse a las elecciones le sacan la condena firme en cinco minutos», afirmó.
Analizando los resultados de anteriores elecciones presidenciales y comparó: «Ellos pensaron que el escarnio y la estigmatización a que sometieron a Cristina entre el ’16 y el ’19 iban a sacarla de la cancha. La hicieron dar testimonio en 8 causas el mismo día, dale… Creyeron que iba a alcanzar con eso, con desgastarla, maltratarla, asustar a todo el que se acercara. Pero les salió mal y se ganó la elección en el 2019».
El triunfo de la dupla Fernández-Fernández en el 2019 generó, en consecuencia, que Mauricio Macri se quede sin la reelección, ante esto Máximo agregó: «Macri fue el primer Presidente no reelecto: un tipo que tuvo la suma del poder publico y privado, a quien el FMI le dio 45.000 palos verdes, que usaba en el Poder Judicial a piacere y también a los servicios para espiar a propios y ajenos a sus órdenes. Y aun así hizo un desastre y perdió la elección».
Volviendo a referirse a la Vicepresidente, el líder camporista sostuvo que la atacan por su condición de mujer, al igual que otras dirigentes y funcionarias de su espacio: «Lo que le hacen a Cristina es lo mismo que le hacen a escala a Mayra Mendoza en Quilmes, a Luana en el PAMI, a Fernanda Raverta en la ANSES, a Cecilia Moreau en el Congreso».
Al referirse al Jefe de Estado cuestionó, lo que él considera, su inacción ante el avance de la Justicia y le pidió responsabilizarse de lo que sucede: «Quien tiene un rol fundamental en este asunto, que no puede esquivar, es Alberto Fernández, Presidente de la Nación y además presidente del Partido Justicialista. Más allá de nuestros debates, discusiones y diferencias, la responsabilidad está en sus manos».
Asimismo insistió por la conformación de una mesa política en el oficialismo: «Todavía tenemos oportunidad de debatir e ir adelante, hemos reclamado la apertura de una mesa política, lo ha hecho Sergio Massa, pero nunca pasa», recriminó.
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A pesar de los cuestionamientos contra el Presidente, tanto de su parte como dentro del espacio, Máximo aseguró que «Cristina nunca lo maltrató a Alberto, lo trató entre algodones. Es más dura con Wado, con Mayra (Mendoza), con el Cuervo (Andrés Larroque), conmigo, ahí es más picante, pero a Alberto jamás le gritó», insistió.
Seguidamente fue consultado por su relación con Alberto Fernández y respondió: «Me costó mucho trabajar ese vínculo, estar, y lo hice entre otras razones porque quiero que las cosas salgan bien. Pero aparecen personajes menores, sin ningún tipo de discusión política, formación ni humildad, y ahí la cosa se empieza a empiojar a pesar de lo que trabajamos para que no sucediera».
Sin dejar punto sin analizar, Máximo K también reabrió un viejo conflicto contra Martín Guzmán, exministro de Economía de la Nación, y explicó por qué renunció a la presidencia del bloque del Frente de Todos. Según el hijo de la Vicepresidente, hubo discrepancias con «la estrategia utilizada» para negociar con el Fondo Monetario Internacional.
«Hablé con Julio Vitobello (secretario de la presidencia) y le dije: ‘Hasta acá llegué’. Te van a matar, se va a acabar tu carrera política, me respondió. Era su mirada honesta, a Julio lo conozco desde hace mucho tiempo. Después lo hablé con Alberto, me sugirió que lo pensase un rato más, pero volví a hacer los números y siguieron sin cerrarme. Yo entiendo que estaba apretado por el mercado local, por los especuladores, pero también entendía que se jugaba el futuro de varias generaciones», afirmó.
Y cerró: «Ahí le pido a Alberto que no diga públicamente que se trata de un buen acuerdo porque no lo es, porque las cosas que estaban diciendo que pasarían no iban a pasar. Pedí que fuésemos frontales con la sociedad, que explicásemos que teníamos una pistola en la cabeza».
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