Un curioso posteo apareció esta semana en numerosos estados de Whatsapp de personal de la Superintendencia de Formación Policial de la Policía de la provincia de Buenos Aires. Inmediatamente, se viralizó en el mundillo policial. El mensaje dice: «Proyecto de simulador estático de postura de conducción realizado con rezagos y materiales en desuso». Y agrega: «El primero confeccionado por entidad policial».
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El texto está escrito sobre la foto de un galpón donde se ven patrulleros de la División Manejo de la Bonaerense y se muestra el «simulador» casero. Se trata de una estructura de perfiles metálicos donde montaron unos asientos con el tapizado todo agujereado, unas sillas de lata rotas y despintadas, y unos volantes. De esa forma se arma el simulador, que se pretende un insumo para optimizar la conducción de los agentes de la policía provincial.
El posteo -que puede entenderse como un chiste- lleva el logo de la Escuela de Policía Juan Vucetich, que depende de esa Superintendencia de Formación Policial, a cargo del comisario mayor Leandro Sarlo. El mensaje se propagó ayer en el ámbito policial y generó reacciones de asombro y comentarios irónicos en las redes sociales.
Es que la precariedad de la escena, un ambiente con herramientas desparramadas en el suelo y asientos hechos jirones, contrastaba con su presentación como un «logro» policial inédito. Y, sobre todo, con el proceso de modernización policial en curso al que constantemente hace referencia -con inversiones fuertes- esta gestión.
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«Me mata el nombre», comentaron varios, sobre el «Proyecto de simulador estático de postura de conducción realizado con rezagos y materiales en desuso». «Simulador del subdesarrollo», decía otro. Y uno de los más sarcásticos comentó: «Ni que fuera el Red Bull de Verstappen».
La modernización y profesionalización de esta fuerza es uno de los desafíos de gestión en los que varias veces insistió el gobernador Axel Kicillof. Y el asunto de los choferes de los patrulleros y la posibilidad de que fueran conducidos, incluso por civiles, para potenciar la capacidad operativa de la fuerza, fue uno de los proyectos más polémicos del ministro Sergio Berni.
