Tras el asesinato de Maribel Zalazar, la oficial de policía que recibió dos disparos por parte de un hombre que la atacó en la estación de Retiro de la línea C de subte, la discusión por el uso de las pistolas TASER volvió a renacer al igual que la polémica por la indefensión que padecen los policías a la hora de actuar.
El reclamo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se hizo notar, por lo que Aníbal Fernández, ministro de Seguridad de la Nación, decidió pronunciarse a favor del uso de estas armas. A pesar de esto, el funcionario explicó que este recurso solo lo habilitaría “para los grupos especiales como GEOP y G1 de la Policía Federal y, eventualmente, con Albatros y Alacranes en Prefectura y Gendarmería”.
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En este sentido y con estas condiciones, ¿el problema seguirá latente debido a que la mayoría de las fuerzas de seguridad quedarían apartadas de la directiva?. Y aunque todas las fuerzas cuenten con la portación, ¿se daría solución a los profundos problemas que hay para contener al crimen y la violencia en el país?.
QUÉ ES UNA TASER, PARA QUÉ SIRVE Y LA EXPERIENCIA EN OTROS PAÍSES
La pistola TASER es un arma de electrochoque que se puede utilizar sobre el cuerpo de una persona para incapacitarla temporalmente. Con su uso correcto, el dispositivo no debería ser letal y solo serviría para evitar el ataque de una persona hacia un oficial de policía o a otro transeúnte que corra peligro; además de facilitar la detención de aquel agresor que se encuentra fuera de sus cabales y podría atentar contra la integridad física de otra persona.
Este arma dispara dardos electrificados que impactan en el agresor para inmovilizarlo, aunque también puede ser presionada directamente contra la persona.
En el caso de la oficial Zalazar, que fue atacada por un hombre que le quitó el arma y le disparó en medio de una discusión, la pistola TASER pudo haber sido un último recurso para que la mujer detenga la acción del agresor que la asesinó y atentó contra la vida de otros pasajeros y de los mismos empleados de la estación.
A pesar de que existen casos de muertes por el uso de estas pistolas, éstas están relacionadas en su mayoría a una mala aplicación por parte del oficial que la utilizó, por lo que se debería velar por una correcta y extensa capacitación sin excepciones, además de una pertinente regulación para su uso.
¿Cuántas personas murieron por disparos de TASER? Aunque no existen organismos que sigan las cifras rutinariamente, Amnistía Internacional confirmó que desde el 2001 al 2012 en Estados Unidos murieron al menos 500 personas por las descargas de estas armas. En ese mismo comunicado, el organismo reclamó “límites más estrictos” para la utilización de los dispositivos.
¿Entonces son letales? En el sentido técnico y bajo su debido uso, la pistola debería ser no letal. Pero a la hora de la práctica influyen otros factores, como el peso de la persona, dónde se produjo el disparo y con que intensidad, lo que también involucra la negligencia del personal. Según declaró el experto Douglas Zipes a BBC hace algunos años, “desde el punto de vista clínico no hay ninguna duda de que un disparo con Taser en el pecho puede causar un paro cardíaco y una muerte posterior”.
Ahora bien, si también incurrimos en los datos, la policía de Estados Unidos asesinó con disparos de arma de fuego a 613 personas que estaban armadas con pistolas tan solo en el 2022, según la agencia Statista. Es decir, en un solo año superaron la cifra de mortalidad que las TASER produjeron en una docena de años.
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La conclusión es que las TASER son armas y producen un daño -sea mayor o menor-, al igual que las armas de fuego, contando con ventajas y desventajas. Ahora, su impacto es infinitamente menos mortal, y aún más si se cuenta con una correcta regulación y capacitación de las personas que la utilicen. Por otro lado, su uso en situaciones de alto peligro puede prevenir tragedias mayores y el cuidado del personal que se encuentre ante perdida de su integridad física.
POR QUÉ NO SE PUEDEN UTILIZAR EN ARGENTINA
Algunos organismos internacionales aseguraron que las TASER pueden catalogarse como un dispositivo de “tortura” si se usa indiscriminadamente. En una misma línea, Amnistía Internacional emitió un comunicado donde advirtió a todos los países del mundo sobre la “insuficiente regulación y los pocos mecanismos de control y rendición de cuentas” que existe sobre el uso de estas armas.
Por este motivo, bajo el cumplimiento de los pedidos de diversos organismos, la gestión de Patricia Bullrich en el Ministerio de Seguridad durante el gobierno de Mauricio Macri aprobó el llamado a licitación para adquirir «dispositivos de control electrónico». Estos iban a ser dirigidos a la Policía de la Ciudad, por lo que en mayo de ese mismo año se reglamentó el uso de las TASER, se aprobó un protocolo y se dispuso la capacitación para el correcto uso.
Las armas en cuestión eran del modelo X2, la cual posee un mecanismo más seguro. Posee un sistema que permite el uso progresivo de la fuerza y el agresor puede ser advertido mediante “arcos voltaicos” que se encuentran en la tapa de los cartuchos, “sin necesidad de disparar el Taser, evitando el escalamiento del conflicto”, según Buccello y Asociados, empres que ganó aquella licitación.
A penas asumió Alberto Fernández en diciembre del 2019, su primera ministra de Seguridad, Sabrina Frederic, decidió derogar el protocolo que aprobó el gobierno de Cambiemos. La funcionaria explicó que este era «vago», sin argumentar mucho más sobre el tema. Más adelante explicó que buscaría actualizar los regímenes de uso solo para «cuerpos especiales de las fuerzas federales para casos de extrema gravedad», algo que hasta el momento no se realizó en la gestión del presidente del Frente de Todos.
A pesar de esto, a fines del 2020 se aprobó la adjudicación de la compra y se inició el trámite de aprobación en la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMaC), que autoriza el ingreso de este tipo de artefactos. Meses después, ya a mediados del 2021, la Agencia aprobó la adquisición de 60 armas TASER para la Policía de la Ciudad.
Desde allí, todo se detuvo. El funcionario Ramiro Urristi, encargado de firmar esta autorización, fue echado de su cargo y todo quedó en la nada, denunciaron por aquel entonces las autoridades porteñas. Ahora, la Justicia ordenó al Gobierno Nacional que determine en un mes si acepta la importación de las pistolas, pero desde Nación apelaron y se sigue a la espera de más novedades.
LAS DELCARACIONES DE LAS AUTORIDADES ARGENTINAS
Después del asesinato de Zalazar, Marcelo D’ Alessandro, ministro de Seguridad de CABA en licencia, exigió al gobierno nacional que actúe frente al triste suceso. “¿Cuántas tragedias vamos a tener que lamentar por culpa de este capricho ridículo? ¿Hasta dónde va a llegar esta irresponsabilidad de querer cagarles la vida a los porteños porque no votan chorros? ¿Qué van a inventar ahora?”, expresó.
A su vez, agregó: “Las armas no letales son una herramienta clave para cuidar a la gente, la mayoría de los países del mundo las usan. La mezquindad política no puede ser más importante que la vida de las personas”.
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En respuesta a esto, el ministro de Seguridad de la Nación aseguró que se evalúa el uso por parte de las fuerzas nacionales y especiales. Al mismo tiempo, especificó que “hay que encontrar alternativas” para prevenir estos casos y afirmó que las TASER no serán utilizadas ni por la policía de la Ciudad ni por la Bonaerense: “Yo no me escondo del tema. Estamos haciendo los trámites para comprar pistolas nuevas pero solo para grupos especiales”, detalló.
El Jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel, también se manifestó sobre el tema: “Cuando entró el gobierno de Alberto modificó un protocolo y esas armas compradas oportunamente las tiene el ANMAT. Hay que encontrar una alternativa para que se defina cómo tiene que ser su uso porque los grupos especiales con una TASER puedan poner en caja a una persona sin lastimarla”, aseguró.
“El gobierno nacional apeló una sentencia que lo obligaba a expedirse en 30 días sobre el uso de las Taser”, remarcó. “Hace dos años que el gobierno porteño viene reclamando la importancia y el gobierno viene apelando sistemáticamente (…). Cuando lees los argumentos de la apelación son una burla, una vergüenza”, sentenció.
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