Dos comedores de la ciudad de Santa Fe, uno de Rosario y otro de Granadero Baigorria, decidieron protestar de una forma inédita luego de que el Gobierno de la Nación dejara de enviar asistencia durante meses. Ambos lugares cocinaron chorizos de polenta (“chorilenta”) para repartir a los presentes.
“Esta iniciativa nació al igual que aquella de 2000 y 2001 en el comedor Los Gatos, cuando trabajábamos en zona sur de Rosario. Los chicos y las madres vienen a retirar chorizos de polenta con carne en un tupper”, dijo Walter Vallejos, uno de los referentes de la organización Luchadores Independientes Organizados (LIO).
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Tanto el comedor “Madres Unidas”, ubicado en el barrio rosarino Parque Casas, y el espacio social “Un Sol”, ubicado en el barrio Nuestra Señora de la Paz de Granadero Baigorria, elaboran más de 500 raciones diarias cuando se les otorga la asistencia necesaria y cuentan con mercadería.
En diálogo con medios locales, el referente social también explicó los motivos de la protesta por medio de la «chorilenta» : “Lo hacemos en repudio a lo que está pasando. Este gobierno nos ha ilusionado con salir adelante y con llenar las heladeras. Hoy las heladeras están vacías y no se puede comer porque no se puede comprar”. Además, Vallejos mencionó que esto “no se hace todos los días”, señalando que a la gente también “se le da de comer guiso, pollo y arroz”.
“No queremos salir a la calle y marchar como lo hacíamos antes porque hay una interna política a la que no queremos sumarnos”, agregó Vallejos ante la explicación que motivó la creación de la «chorilenta».
Por otro lado, explicó que los comedores no reciben ayuda hace ya medio año por parte del gobierno de la Nación: “Bajan los programas a las grandes organizaciones de Buenos Aires, que tienen internas políticas impresionantes. Pero se olvidan de las organizaciones independientes como la nuestra, que tenemos una mirada diferente”. “Los gobernantes están en otra sintonía”, destacó.
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“La gente está perdida y desesperanzada y con ganas de progresar, pero sin las herramientas suficientes”, afirmó Vallejos. Y agregó sobre la ayuda que necesitan: “En Rosario tampoco nos colaboran con mercadería. Fuimos al Banco de Alimentos (BAR) y tampoco nos dan. Tenemos personería jurídica de una cooperativa de trabajo y del comedor. Pero no tenemos eco a nuestros reclamos”.
“Es triste lo que contamos y muy preocupante. La gente va a comprar algo con 100 pesos y entonces hacemos una comida grande y comunitaria entre todos los vecinos. El menú es fideo, arroz, alita de pollo. El puchero es muy caro”, remarcó.
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