Las inteligencias artificiales avanzan a pasos agigantados y pueden realizar una gran cantidad de tareas que hace incluso meses no podíamos imaginar. Desde redactar textos, mejorar audios, programar, diseñar, debatir y hasta crear imágenes tan realistas que confunden a todos.
Fotos como las del Papa Francisco con un gran camperón blanco fueron creadas por una IA, se hicieron virales y muchos medios las compartieron como si fueran verdaderas. También aparecieron en las redes algunas imágenes del sumo pontífice en la playa, barriendo y hasta conduciendo una moto en la calles de la Ciudad del Vaticano.
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Otro caso fue el de Donald Trump, quien hace semanas asegura que va a ser detenido por la policía estadounidense en medio de una investigación en su contra. Una persona utilizó esta situación y la Inteligencia Artificial para crear ese supuesto escenario. Muchos usuarios, y también medios, creyeron real la foto en la que se ve al ex presidente de Estados Unidos huyendo del personal y la compartieron como información.
En este sentido, una herramienta muy útil y que está siendo fuertemente explotada por emprendedores y empresas, es usada, con o sin intenciones, para crear lo que llamamos “fake news”.
Curiosamente, días antes de que se hagan tendencia estas fotos, Sam Altman, cofundador de Open AI -empresa que crea estas inteligencias artificiales-, aseguró para ABC News que lo que más temía era que esta herramienta sea utilizada para “desinformar” o para “ciberataques”, ya que «han mejorado su capacidad para programación». El líder tecnológico realizó una advertencia: «Tenemos que tener cuidado aquí».
”Debemos entender que no sirve tenerlo todo en un laboratorio. Es un producto que debemos difundir y que haga contacto con la realidad para tener errores mientras los riesgos sean bajos”, detalló. “Habiendo dicho eso, creo que la gente debería estar feliz de que estemos algo asustados de esto. Si pudiera decir que no me asusta, no debería confiar en mí”, agregó.
La herramienta evoluciona a través de la interacción, los pedidos que se le hacen, el uso y la información que se le da, por lo que su potencial es enorme si lo sumamos al crecimiento constante que muestra cada día: «Una de las mayores diferencias que vimos de GPT-3.5 a GPT-4 fue esta capacidad emergente para razonar mejor», declaró Altman sobre una de las inteligencias.
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«Trato de advertir mucho a la gente de lo que llamamos el ‘problema de alucinaciones’. El modelo declarará con confianza las cosas como si fueran hechos que están completamente inventados, tiene este problema y es porque utiliza el razonamiento deductivo en lugar de la memorización”, aseguran tanto el cofundador como la entidad detrás de estas importantes herramientas.
«Lo que espero, en cambio, es que desarrollemos sucesivamente sistemas cada vez más poderosos que todos podamos usar de diferentes maneras que lo integren en nuestra vida cotidiana, en la economía, y convertirse en un amplificador de la voluntad humana”, expresó sobre sus intenciones.
Sin duda, las inteligencias artificiales dejaron de ser el futuro para ser el presente y la sociedad debe prepararse para este avance, desde el ciudadano común hasta los gobiernos. Por eso, el creador insiste en reiteradas ocasiones sobre los “errores” que hoy se pueden cometer y advierte los malos usos que se le podrían dar para evitar caer en estas prácticas que pueden extenderse a gran escala y perjudicarnos.
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