Los cambios de hábitos producidos por la pandemia también transformaron el mercado textil. Ahora, las telas que se importan, no son las mismas que las de hace un año atrás. La mayores demandas de las principales marcas del país pasan por el estilo «rústico» y «comfy».

En ese sentido, la moda cómoda, el estilo urbano y de «entre casa», se volvió lo más solicitado, lo cual obligó a los importadores argentinos a buscar productos que se adecuen a este tipo de prendas que, actualmente, son más solicitadas.

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Pero, ¿de dónde vienen las telas que utilizamos? El primer lugar de la lista de países exportadores de la Argentina lo ocupa la República Popular China por su buena relación precio-calidad. En el gigante asiático, las ferias tienen tamaños excepcionales (comparables a cinco shoppings de la Ciudad de Buenos Aires juntos), y representan los lugares ideales para hacer la compras por parte de los comerciantes mayoristas.

En estas ferias, se presentan los stands de las diferentes fábricas del país. “Ir a las ferias es el mejor recurso para encontrar fábricas. La elección de la feria depende del tipo de telas que uno importa y comercializa“, asegura Soledad Silva, especialista en importación de telas exclusivas y proveedora de las principales marcas de indumentaria de Argentina y Latinoamérica.

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Pero China no es el único país de donde provienen las telas que utilizamos en nuestras ropas. Entre las opciones preferidas por los importadores, también se encuentran Corea, India y Turquía, donde las materia primas están hechas de fibras más naturales, y por lo tanto, de mejor calidad. Como contraparte, está el costo, motivo por el cual, la mayoría de los empresarios termina volcándose a China.

Otras de las grandes mecas de la alta costura son Francia, Inglaterra y España. Por supuesto, sus costos son aún más elevados, por lo que es aún menos redituable y prácticamente no se importan telas de estos países.

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¿Y por qué no se producen telas en nuestro país? Expertos del sector sostienen que el mercado en Argentina se queda muy por detrás en precio, pero sobre todo, en calidad. La falta de tecnología dificulta por ejemplo, la producción masiva. “Argentina tiene limitación en lo que produce: jersey y rústicos. Estas son telas que las lavas, y enseguida se achican y se hacen pelotitas». En otros países, explican, hay más variedad, y existen más productos con, por ejemplo, «fibras naturales».