Raúl Alfredo Leguizamón cumplía funciones de Jefe de Turno en la Jefatura Comunal de General Alvarado hasta hace unos días, cuando lo desafectaron y lo notificaron de que la Auditoría de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad le abrió un sumario (Investigación Sumaria Administrativa, ISA), acusado de alguna infracción a la Ley de Personal Policial bonaerense.
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Esa noche, después de ser desafectado, Leguizamón escribió una carta de un tenor pocas veces visto en público. En ella describe presuntos esquemas de corrupción muy concretos, que estarían vigentes. Al mismo tiempo, abre fuego con temas de la cultura policial que son un verdadero tabú dentro de la fuerza de Seguridad más numerosa del país, donde no muchos se sienten cómodos para hablar en voz alta más allá de los pasillos. La publicó en Facebook. Está dirigida al jefe de la Policía Bonaerense, el comisario general Daniel García, y dice:
“Soy el Comisario Raúl Leguizamón (…). Usted y todos los Generales, son cobardes y las jerarquías les queda grande. Ninguno se enfrentó al Ministro (…) Solo tienen coraje para sancionar subalternos, pero cuando miran hacia arriba les da diarrea. Le informo que voy a seguir haciendo lo que corresponde, aunque me quede solo y expuesto. Voy a seguir defendiendo al personal, ya que ustedes no lo hacen, al contrario (…).
Ud. no desconoce que muchos de sus jefes, ACOSAN SEXUALMENTE a las femeninas, y si no aceptan las trasladan a 300 km de la casa.
Ud. no desconoce, que el personal denuncia que algunos de sus jefes, les cobran $ 80.000 o más por un traslado.
Ud. no desconoce que el 70% del personal que fue enviado de manera coercitiva a UTOI, (para alegrar al Ministro) quieren trabajar en Comisarías y Comandos…
Ud. no desconoce que hay denuncias que dicen que el 50% del personal de las dependencias son usados solamente como empresa privada, solo para cubrir POLAD Y CORES, para que ese dinero se recaude para usted.
Mientras tanto, el otro 50% son los ‘esclavos’ que recargan siempre para todos los servicios. Los persiguen sistemáticamente, los trasladan, no los ascienden, los humillan, los enferman psicológicamente (…)”.
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Las “POLAD” y “Cores” de las que habla el posteo son los servicios de Adicionales y horas extra. Mientras que “UTOI” se refiere a “Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas”. La UTOI de La Matanza, por ejemplo, está en el predio conocido como Puente 12, donde Sergio Berni tiene su base cotidiana de trabajo, y a donde son asignados muchísimos efectivos jóvenes.
Asuntos Internos, la Caja y la violencia machista en la policía de Berni
Leguizamón, un comisario con 29 años de antigüedad, es conocido como un comunicador de preocupaciones internas del mundo policial: laborales, humanas, espirituales y también políticas. El día que lo sancionaron había publicado: “Los candidatos de Sergio Berni vienen por la caja”. Ese posteo relaciona las conocidas aspiraciones presidenciales del ministro de Axel Kicillof con la Caja Policial de Retiros, Jubilaciones y Pensiones (que es como la Anses de los policías, donde casi 100.000
efectivos aportan para unos 40.000 pasivos). “Sabemos que las campañas son costosas, ningún candidato usa su propio peculio, buscan fuentes generosas que los financien”, escribió. Y llamó a no votar a un comisario retirado y un policía de La Matanza que serían los supuestos “candidatos de Berni” para presidir esa Caja y el Círculo de Suboficiales.
Una vez notificado de la ISA abierta en su contra, Leguizamón publicó la carta explosiva dirigida a la cúpula de la Seguridad provincial. Y unos días después, el 25 de abril, avanzó con un extenso posteo sobre un tema que desde hace algún tiempo empieza a romper el cerco informativo histórico en la Bonaerense: la violencia machista hacia adentro. Ese posteo se titula: “Acoso sexual con la sutileza de un ‘policía de acero”. Contiene extractos de testimonios de donde se desprendería un modus operandi de acoso laboral y sexual, extorsivo (presiones para tener sexo, traslados sistemáticos como castigo, violencia, abusos de autoridad), en Mar del Plata. Que tendría como víctimas a mujeres subalternas; como acusados, a algunos comisarios; y como agravante, supuestas distorsiones en el rol de la Auditoría de Asuntos Internos, como si en este ámbito no siempre se garantizasen las condiciones adecuadas a para denunciar a un jefe en una institución vertical.
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En ese último posteo público, Leguizamón cita algunos sumarios administrativos concretos y una causa penal. Habla de “todas las víctimas acosadas y perseguidas, que se animaron a denunciar”. Y de un “paraguas protector” en la Justicia de Mar del Plata y en Asuntos Internos. Que no lo sería exactamente para estas mujeres.
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