Mientras los casos de Covid-19 se encuentran en bajada y todas parecían buenas noticias, Reino Unido recibió el dato interanual de inflación de diciembre: 5,4%. Esta cifra es la más alta que obtuvieron los británicos en las últimas 3 décadas, desde marzo de 1992 con el 7,1%.
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La inflación se disparó debido a la suba en los costes de productos que se fabrican en instalaciones británicas. Entre ellos, se encuentran la energía eléctrica, productos alimenticios, bebidas no alcohólicas, artículos del hogar, vestimenta y hasta salidas a restaurantes y estadías en hoteles. El Banco de Inglaterra se había fijado un objetivo del 2%, una cifra muy lejana al número final
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La Oficina Nacional de Estadísticas (ONS por sus siglas en inglés) informó que se trata de «la mayor tasa de inflación anual de la serie histórica» de la misma organización (1997) y «la mayor en la serie de datos históricos modelados» (1992). Algunos economistas aseguran que el aumento radical del índice de precios al consumo (IPC) podría seguir en alza, hasta incluso un 6%. El incremento de los precios energéticos a nivel global sería uno de los motivos principales. Para poder contener la inflación, el Banco de Inglaterra aumentó los tipos de interés por primera vez en tres años (de 0,1% al 0,25%).
EL PROBLEMA ENERGÉTICO
El problema más grande para los europeos son los precios del petróleo y el gas. Desde principios del año pasado, los precios mayoristas del gas se han triplicado. El consumidor es el principal afectado con los precios, sobre todo con el del gas, que es uno de los componentes fundamentales de la combinación energética de las las islas.
Según la BBC, muchas empresas también se ven afectadas, sobre todo las que se dedican a la distribución minorista de los servicios. Más de 1,5 millones de hogares en Reino Unido se vieron perjudicadas como consecuencia de la quiebra de estas empresas. Incluso, plantas de acero y fertilizantes han tenido que cerrar temporalmente.
El centro del asunto está en que el coste del servicio de gas o de luz, para una vivienda media, ya alcanza las 1.600 libras, pero el regulador nacional pone un tope. Hasta no hace mucho, el precio para el consumidor no superaba las 1.200 libras; lo que implicaba e implica perdidas enormes y genera el cierre de las distribuidoras minoristas.
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